La correlación entre la renta variable y los tipos de interés a
largo plazo alcanza niveles negativos no observados desde
mayo de 2007. Es el resultado de unas semanas de ventas en
deuda pública (subida de tipos de interés) y bolsa (caída en
cotizaciones) que ha llevado a la correlación a niveles del -25%,
dejando en una posición muy vulnerable las estrategias de
cobertura de renta variable vía deuda pública núcleo que habían
funcionado en entornos de correlación superior al +60%.
Ante un horizonte donde el quantitative easing perderá protagonismo, cabría esperar un reajuste de precios en el grueso de variables financieras hacia referencias fundamentales. Cabe destacar como aspecto positivo la recuperación del PMI composite del Área euro en junio, que debería elevar el nivel de soporte para la renta variable en esta fase de ajuste de precios. El segmento emergente continuará siendo el área más vulnerable y volátil hasta que se estabilice el cierre de posiciones en carry trade.
Ante un horizonte donde el quantitative easing perderá protagonismo, cabría esperar un reajuste de precios en el grueso de variables financieras hacia referencias fundamentales. Cabe destacar como aspecto positivo la recuperación del PMI composite del Área euro en junio, que debería elevar el nivel de soporte para la renta variable en esta fase de ajuste de precios. El segmento emergente continuará siendo el área más vulnerable y volátil hasta que se estabilice el cierre de posiciones en carry trade.
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